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La Floricultura Colombiana: Un Motor de Empleo y Sostenibilidad en la Economía Nacional

La Floricultura Colombiana

Un Motor de Empleo y Sostenibilidad en la Economía Nacional
La Floricultura Colombiana: Un Motor de Empleo y Sostenibilidad en la Economía Nacional

En una entrevista exclusiva con Anderson Julián Páez, Director Ejecutivo de la empresa Cenilflores, se revelaron las profundas contribuciones del sector floricultor a la generación de empleo y la sostenibilidad económica y ambiental en la economía nacional.

 

El sector floricultor ha sido un destacado generador de empleo formal durante más de medio siglo, con alrededor de 200,000 empleos directos e indirectos generados actualmente. Además, se destaca por mantener una cantidad promedio de 14 a 16 personas por hectárea, una de las cifras más altas en la agroindustria. Este aporte económico ha influido significativamente en el desarrollo de las regiones de Cundinamarca y Antioquia, donde se encuentra fuertemente arraigada la industria. A nivel internacional, la exportación de flores colombianas ha alcanzado más de 100 países, logrando exportaciones por más de 2 mil millones de dólares en 2022.

 

En los últimos diez años, el sector ha demostrado un crecimiento constante en términos de volumen de tallos y valor en dólares exportados. A pesar de los desafíos, como la pandemia, las flores colombianas han mantenido una demanda en constante ascenso, llegando a los cinco continentes. En particular, Estados Unidos se ha mostrado como un mercado crucial para el sector, destacando la versatilidad y calidad de las especies como rosas, claveles y crisantemos.

 

La sostenibilidad es un pilar fundamental para el sector floricultor. Páez señaló que el compromiso con la sostenibilidad ambiental, social y económica es esencial. La adopción de sistemas de medición de huella de carbono, la gestión del agua y el uso responsable de los recursos naturales son áreas prioritarias. Los mercados internacionales, especialmente en Estados Unidos y Europa, están exigiendo cada vez más productos que sean producidos de manera sostenible.

 

El avance tecnológico también ha dejado su huella en la floricultura. La llegada de la agricultura 4.0 ha traído consigo tecnologías como el machine learning, la inteligencia artificial y el análisis de datos. La detección temprana de enfermedades y el uso eficiente de insumos son áreas en las que la tecnología está desempeñando un papel crucial. Sin embargo, el desafío radica en adaptar estas tecnologías a los entornos tropicales y asegurarse de que los productores tengan el conocimiento necesario para aprovechar al máximo estas herramientas.

 

Desde una perspectiva global, el cambio climático es uno de los retos más apremiantes para el sector. Además, se mencionó la importancia de abordar la disponibilidad de mano de obra calificada y la rotación de personal como retos nacionales. Páez enfatizó la necesidad de mantenerse conectados con las nuevas generaciones y promover la innovación y el desarrollo en el sector.

 

En cuanto a Cenilflores, el Centro de Innovación de la Floricultura Colombiana, su misión se centra en la articulación entre la universidad, la investigación, el sector público y privado. El enfoque en la innovación busca impulsar la competitividad no solo en la industria floricultora, sino en toda la nación. Cenilflores se presenta como un puente entre las industrias tecnológicas y el sector, ofreciendo soluciones innovadoras y valor agregado.

 

En conclusión, la floricultura colombiana emerge como un poderoso motor de empleo y sostenibilidad en la economía nacional. Su capacidad para generar empleo formal, contribuir a la economía y mantener altos estándares de sostenibilidad en la producción, junto con la innovación tecnológica y el enfoque en la diversidad de especies, prometen mantener a Colombia como un líder en la industria global de la floricultura.